sabiendo que era mentira,
que la almohada no mira
ni siente mi respirar.
Ningún cuello hice vibrar;
sólo me abraza un abrigo.
Nadie escucha lo que digo.
¿Hasta cuándo he de esperar?
Lo que quiero no es soñar;
yo quiero dormir contigo.
Dije a Dios que quiero verte.
y me siento agradecido:
nomás haciendo el pedido
Él me concedió la suerte,
pero soñar no es tenerte
y por eso ahora sigo
rogando a Dios como amigo
que me permita aclarar:
lo que quiero no es soñar;
¡yo quiero dormir contigo!
Cristino Alberto Gómez
muy buena esa decima, en reliadad me encanta. tu tienes mucho talento escribiendo, seras un gran escritor.
ResponderBorrar