Regresar para qué
Nos queremos tanto
Tengo la dicha dorada
y me saludan los astros.
Con cada sol me levanta
el calor de tus abrazos.
Quiero desde mi ventana
cuando se alejan tus pasos
acelerar la mañana
para volverte a mis brazos.
Cuando me miras me enciendes
porque dibujas mi canto.
Ya ni la ciencia comprende
por qué nos queremos tanto.
Estoy que no me acostumbro
a que te quedes tan sola.
Sé calcular los segundos
de tanto mirar la hora.
Y yo que vuelvo y te busco
tengo el jardín preparado
para volverlo conuco
y así traerte a mi lado.
¿Qué es lo que tiene el camino
que me conduce a tu patio?
¿Qué es lo que tiene contigo...
tú sabes... cómo expresarlo?
La noche, ¿cuándo comienza?
¿Dónde terminan tus labios?
¿A qué lugar nos acerca
aquello de lo que hablamos?
Cristino Alberto Gómez
10 de junio de 2022
Latidos de tambor
A quién debo decir...
¿A quién, luego de ser felicidad,
que pueda remembrar "cuando dijiste,
yo supe comprender tu realidad"?
¿A quién puedo contar las ansiedades
que orbitan deslumbrando mi existir,
calmantes de ligeras vanidades
que atrapan mi razón con su latir?
Soles para un sí
miles de estrellas se han de unir
en la brillante multitud
que hará tu cielo relucir.
La vida espera por tu abril,
la aguja baila para ti.
Tu cuerpo emerge de mi atril,
abraza y luego besa el sí.
Haré mis versos de marfil
y una mirada de diamante,
iluminada por los mil
rayos del astro dominante.
Hincado enfrente del portal,
mendigo el sueño que perdí.
Me sobran noches y al final
me faltan soles para un sí.
Cristino Alberto Gómez
29 de septiembre del 2020
Estoy despertando triste
Nunca tires la toalla
Si te quedas en casa
volverán a nacer
las canciones de ayer.
Si te quedas en casa,
las mañanas de sueño
vencerán el empeño.
Tensarás con tu ceño
la mirada al saber
cada miedo que pasa.
Si te quedas en casa,
zurciré los dispersos
para armar universos.
Si te quedas en casa,
uniremos las palmas
y seremos dos almas.
Miles males ensalmas,
forjadora de versos,
si te quedas en casa.
Cristino Alberto Gómez
@CristinoAlberto
Volveré a la carretera
del naranjo perfumado
como el trillo de las flores
de continuo visitado;
más allá del Juan Primero,
mi lomita de subir
con la yagua, y el higüero
donde abuelo iba a dormir;
y luciérnagas y grillos
y lechuzas y atabal
y sudados los bombillos,
pero aluzan, al final;
chocolate de las manos
que los dioses eligieron,
si en el fuego, si en los llanos,
yo no sé cómo lo hicieron.
En el cerro la bandera
que catorce colocaron
con semillas de una fiera
libertad que conquistaron;
más acá dormido el río;
más allá, de su cabeza
quedan la calvicie, el frío
y un chorrito de tristeza,
cabañuelas calibradas,
primaveras de habichuela,
veraniegas limonadas
y el café cuando se cuela.
Volveré con los muchachos
a entonar el canto aquel
de las jaibas y los jachos.
Voy a broncear mi piel.
Volveré a la carretera,
andaré por los bohíos
y refutaré la espera
y despertaré rocíos.
Volveré buscando el agua
de mi hamaca de copey.
Lograré bajar en yagua
de una palma de catey.
Engalanaré los cerros
y rescataré espinazos,
desempolvaré los fierros
y reforzaré los brazos.
Volveré a sonar la rima
solitaria de un juglar
y divisaré en la cima
luminoso el despertar.
Volveré a tocar tu puerta
y seremos más hermanos.
¡Vamos a regar la huerta,
vamos a juntar las manos!
Cristino Alberto Gómez
27 de febrero de 2020
@CristinoAlberto
El extraño nidal
se convierten los cielos en móviles rocas
dirigiendo a mi frente quizás una fruta.
Descansó la materia, lamentan las ocas.
Con las manos pintadas de acaso las flores,
de la esencia melada rechazo la huida.
No el desprecio, el quizás ni los falsos temores;
padecer es tener que ganarse la vida.
Abrazando otra rama avizoro la mía
cual pichón que repara el extraño nidal.
Ignorado el destino, esquivada la vía,
he perdido el camino y hallado el final.
Cristino Alberto Gómez
9 de noviembre del 2019
@CristinoAlberto
La amiga de Isidoro
Cristino Alberto Gómez
Postrera salve
pulverizado sobre el campo inerte,
vencido, hastiado, confundido en tanto
estoy a punto de abrazar la muerte.
Esculpe un guiño, ofrece ya la mano,
recita, canta, me comenta el cielo,
aspira arvenses con el fruto vano,
pronuncia el bosque, compadece el suelo.
Me está venciendo la promesa aquella,
aislado el cerro que sabrá cenizas,
cartones, pinos, la profunda mella
del manso fierro, piedras movedizas.
Tarareando mi postrera salve,
su coro gris despertará la calma.
Si habrá latido que mi pecho salve
discute el viento, paseando un alma.
Cristino Alberto Gómez
14 de noviembre de 2018
@CristinoAlberto
La mirada consumida
hechas de esperanzas por caer.
He perdido todo tantas veces
que he perdido el miedo de perder.
Me acorrala un ceño amenazante,
pienso en la amargura del dolor;
hiere el corazón que palpitante
desconoce el fierro y su furor.
Supe de mi vida que era vida
cuando sin saber me convidó
el que la inventó como salida
a la tempestad que delegó.
Tengo la mirada consumida,
llevo cabizbaja la sonrisa.
¡Quién me convenciera de la huida!
¡Quién de regresar a toda prisa!
Cristino Alberto Gómez
27 de julio de 2018
@CristinoAlberto
Y es así como se siente...
haber sufrido suficiente.
Lloran mis brazos y mi frente
sigue su ruta descendente.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente,
amado todo cuanto pudo
el alma frágil que se tuvo.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente,
trillado cien nuevos senderos,
andado mil sin paradero.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
Se siente amargo aquel vacío
mas todo pertenece al río.
haber sufrido suficiente.
Domina el aire algún zumbido;
ni el calcalí resiste el ruido.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
Ora la salve, ora la danza,
ora vencida mi esperanza.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
La multitud te desespera,
la soledad es compañera.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
Cuando esculpida la alegría,
vuelve a su casa lo que había.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
En mi cabeza canta un grillo;
cambia el color cuando lo pillo.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
Otra mirada me sonroja;
otra palabra me acongoja.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
No reconozco más destinos
que el arpa dulce de los pinos.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente,
haber soñado, haber querido,
haber confiado, haber vivido.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
Escribo al humo en la ciudad
y a la forzada oscuridad.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
haber sufrido suficiente.
haber sufrido suficiente.
haber sufrido suficiente.
Y es así como se siente
haber sufrido suficiente.
haber sufrido suficiente.
haber sufrido suficiente.
Soleo en blanco mi memoria;
Cristino Alberto Gómez
3 de diciembre del 2017
@CristinoAlberto
Como arena...
de este puño que solté.
Fue recuerdo, fue el ayer,
fue el presente alguna vez.
Cual paciencia se agotó.
Es café que envaneció,
lo que el río se llevó,
el pinar que se quemó.
Del Arroyo Corta Pié
fue el cocuyo que agarré,
la canción que comencé
y entre llantos me quedé.
¡Fue la décima, José!
O la risa que gocé,
recurrente aquel café
o el descanso que anhelé.
Fue la roca que imité
cada vez que soporté
cada invierno que se fue
cada noche que soñé.
Fue quizás lo que acerqué
cuando a ciegas me mandé
de aquel sitio que menté.
¡Yo no sé qué fue, no sé!
Algo me llamó a su paso,
algo me inventó el ocaso,
algo presentí si acaso...
algo me tomó del brazo.
Cristino Alberto Gómez
29 de noviembre del 2017
@CristinoAlberto
Yo te amo desde aquí
no me quiere junto a ti,
te murmuraré en silencio:
yo te amo desde aquí.
No querré tocar tu pelo
—¡y mirarte ni decir!—
ante el aire envuelto en celos.
Yo te amo desde aquí.
Si es rencor lo que motiva
la mirada que te di,
como el beso ya prohibida,
yo te amo desde aquí.
Ya soñé que te abrazaba
y mis brazos ya perdí.
Si era rudo si adoraba,
yo te amo desde aquí.
Si es pesado que tu mano
yo tomara cuando a mí
te lanzabas y era humano,
yo te amo desde aquí.
Que imagine tu calor
—¿quién sabía que era así?—
me hace reo de tu amor.
Yo te amo desde aquí.
Si hasta el verso es condenable
y las notas que escribí
bastan para ser culpable,
yo te amo desde aquí.
No me pidas que me acerque
ni siquiera a sonreír.
Si será pecado verte,
yo te amo desde aquí.
Cristino Alberto Gómez
29 de noviembre de 2017
@CristinoAlberto
Seré tu amigo
A mi pesar
de saber que no sabrás
y en mi pecho habitarás
silenciosa, a mi pesar.
Yo te amo sin dudar
que jamás te contaré
las mañanas que soñé
con tu risa al despertar.
Yo te amo a reventar
cuando sé que estás aquí
cuanto más allá y así
te persigo, a mi pesar.
Cristino Alberto Gómez
15 de noviembre de 2017
@CristinoAlberto
Yo no supe nacer
ya no sé qué elegir;
reparar o perder,
remediar o morir.
Ya no sé del ayer;
ya no puedo decir
si estará la mujer,
si sabrá, si admitir
que jugué a renacer
anhelando surgir,
meristemo de un ser...
... ¡sensación de partir!
Contemplar sin creer
o palmar sin salir...
Yo no supe nacer;
¡qué sabré de vivir!
Cristino Alberto Gómez
10 de noviembre de 2017
@CristinoAlberto