En algún momento descendió mi vida
en algún lugar.
Con las horas frías se nubló mi cielo,
se calmó la mar,
empezó la lluvia con sus finas gotas,
me empañó el cristal.
Me quedé esperando como espera el día
con el sol llegar,
sin saber que el tiempo prometió la noche
que asistió puntual.
La verán mis ojos como atenta sueñan
la que no vendrá.
Desperté soñando cuando ya la tierra
me impidió mirar.
Cristino Alberto Gómez
10 de mayo de 2012