No me fijo en la noche y su rumor;
no percibo un minuto, siempre es hoy;
si surgió la mañana, ahora el frío…
Sólo vivo extrañando su calor.
Si mis horas existen,
ya el camino,
o mañana el silencio, hoy el son.
Es ajeno hasta el ritmo, así el latido;
sólo sueño que viene, oí la voz.
Hace un día –ni un día– que a mi oído
bella y dulce la suya se acercó.
¡Oh, las ondas que traen junto al aire,
o sin aire, sus notas de canción!
Es hermoso vivir, soñar, saberla
recorrer a mi lado los caminos.
¡Apreciada la dicha de tenerla!
¡Se transforman en uno dos destinos!
Cristino Alberto Gómez
2014
2014