A Luis Bienvenido
Para que cantes
te hicieron hijo del arte,
tu voz sonido brillante
y entre las lomas
trae tu música el aire.
Para que cantes
yo también supe cantarte
pero entonar las palabras
como la voz de los ángeles,
ese poder, don o genio
te es inherente, cantante.
Hoy te acompañan mis versos
aunque no pueda mirarte
porque el destino, ya sabes,
todas las veces me atrapa
y me conduce a otra parte.
¡Cuánto soñé contemplarte
mientras tocabas la pieza
que tanto supo agradarme!
Yo volveré, comandante,
como el buen hijo que viene
donde lo vieron marcharse.
Y cantaremos contigo,
y en mis papeles
escribiremos, cantante,
esa canción que los tiempos
acogerán sin desaire.
Hemos sufrido, cantante,
desde rincones distantes
porque otro mundo no sabe
que aquí la vida es un arte.
Pero, no sé por qué parte,
pero algún alma lo sabe,
que son de vida tus cantos
y mis poemas, cantante.
Tú no tendrás que explicarme;
yo no sabré contestarte.
Nos preguntamos, y entonces,
canto y escribes, cantante.
No te detengas, cantante.
Educaremos las calles,
alegraremos los valles,
escribiré a las arañas,
le cantarás a las aves,
pero seremos poetas,
pero seremos cantantes.
Cristino Alberto Gómez
3 de marzo del 2010
Mi hermanito, caramba! Dios te bendiga, me emocionan tus palabras de tal forma que "Me faltan palabras" cuando tus versos de canto recorren mi alma. Sabes que eres mi poeta, que mi canto es tu verso, que es alegria, es vida y es, tambien, del pueblo su canto.
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