Cuando termine el trabajo
pasado el sol de las tres
yo te esperaré debajo
de una mata de café.
Se preguntará el patrón
por qué faltan dos galones.
Como burro garañón
bajaré con diez cajones
en el hombro. Tú delante
llegarás. Nuestros sudores
testificarán campantes
que somos trabajadores.
Mi caballo se divierte
con la hierba de los cerros.
Está voceando la gente;
están ladrando los perros.
Tú te remangas la falda;
yo comparto la ternura
con que vuelas a la espalda
de tu dichosa montura.
Vienes conmigo. Sentimos
subir mientras descendemos.
Olvidamos el camino;
algún día llegaremos.
Los pajones se recuestan;
olvidamos que te esperan.
Ignoramos la respuesta
que daremos a tu abuela.
Te están llamando los tuyos;
es preciso continuar.
Con la luz de los cocuyos
lograremos regresar.
Prometiendo yo te dejo
que mañana volveré
y te esperaré de nuevo
en la mata de café.
Cristino Alberto Gómez
4 de mayo de 2010
Genial!
ResponderBorrarMe gusta es una poesía muy fresca y con excelente ritmo, me sorprende que un costarricense escriba este poema que parece cubano.
ResponderBorrarUn abrazo
Hola, Marta y Francisco.
ResponderBorrarGracias por sus comentarios. Me alegro que les agraden estos versos.
Soy dominicano, aunque ahora me encuentro en Costa Rica por razones de estudios. Mi país y Cuba tienen muchos elementos culturales que los unen.
Gracias a ambos por visitar mi pequeño bohío. Vuelvan muy pronto.
Saludos.