Ven a caminar conmigo.
Tuyo es cada brazo mío.
Me acompañarás y entonces
te señalaré el destino.
Ven a caminar conmigo.
Basta de temerle al frío.
Tienes mi calor y tienes
por lo menos un camino.
Ven a caminar conmigo.
He quedado así perdido
augurando amaneceres
que divisarán los siglos.
Ven a caminar conmigo
y calcularé los litros
que han bajado por los cauces
de mis lágrimas, seguido.
Ven a caminar conmigo.
Nueva vez será domingo.
Tú despertarás y luego
voy a caminar contigo.
Ven a caminar conmigo.
No supongas hechos ruido
antes de empezar el canto
descompuestos los sonidos.
Ven a caminar conmigo
que tus pasos y los míos
nos recordarán que juntos
construimos el camino.
Ven a caminar conmigo.
Yo te llevaré hasta el trillo
que conduce al universo
donde empezará el destino.
Cristino Alberto Gómez
5 de agosto de 2010
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