(A cada uno de nuestros 33 hermanos mineros de Chile, orando por su esperado regreso)
¡Esperanza, compañero!
El Fénix arranca ya
y temprano
el calor del patio suelo
nuevamente encontrarás.
¡Adelante, compañero!
Tú no te preocupes más
que a los brazos
de tu gente, ¡cuán sinceros!,
muy sonriente volverás.
Nada temas, compañero,
que sigue creciendo y va,
y contigo
la esperanza de tu pueblo
en el Fénix subirá.
¡Bien arriba, compañero!,
que está amaneciendo acá
y te espera
con el aire mañanero
montón de sonrisas más.
Sube ahora, compañero,
con nosotros cantarás
que en el Fénix
ha nacido la mañana
que contigo llegará.
Cristino Alberto Gómez
12 de octubre de 2010
7:27 PM
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