Una parte de los rayos solares que llegan a la tierra es reflejada hacia el espacio y el resto es absorbido por los componentes de la tierra. De esta radiación absorbida, cierta parte se retiene como en un invernadero, o sea, cuando es reflejada por la tierra, es absorbida por ciertos gases presentes en la atmósfera, que la vuelven a emitir a la Tierra. Este fenómeno es el llamado efecto invernadero (Gore, 2006).
En realidad el calentamiento global como fenómeno es algo natural, en el sentido de que gracias a él la Tierra mantiene una temperatura soportable para los organismos vivos. Sin embargo, desde el siglo XIX en adelante los científicos han observado un aumento en la temperatura promedio global de entre 0.5 y 1°F, lo que ha alterado mucho los ecosistemas a nivel mundial (Bird y Molinelli, 2001). Ese aumento de temperatura es precisamente lo que se conoce como el problema de calentamiento global, el cual se ha acrecentado por diferentes actividades humanas, tales como la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la utilización de los clorofluorocarbonos como refrigerantes y propulsantes, cultivo de arroz y ganadería, minería y otras (Almerades et al., 2006).
El calentamiento global es un problema que se acrecienta dramáticamente, y dejando como resultado fenómenos desastrosos. El nivel del mar subió al menos 4 pulgadas durante el siglo XX debido al deshielo polar, y se estima que si se derrite Groenlandia o la Antártida, aumentará 6 metros, inundando gran porción del territorio mundial (Gore, 2006). Además, las lluvias se han desequilibrado, trasladándose con gran magnitud a ciertas regiones al tiempo que la sequía se intensifica en otras. Por otra parte, aumentan las enfermedades respiratorias e infecciosas y la gente se hace más susceptible a ellas por la tensión del calor (Gallardo, 2006).
En el ámbito agrícola, las frecuentes inundaciones amenazan con disminuir la calidad de los suelos al lavar los nutrientes, además de causar grandes pérdidas en las plantaciones directamente por el arrastre de las plantas en cultivo. Aumentará la necesidad de insumos a la actividad agrícola, dadas las extremas sequías, la infertilidad de los suelos y el aumento de plagas por las condiciones de estrés a que estarán sometidas las plantas (Bird y Molinelli, 2001). Muchos suelos se están desertificando, haciendo imposible la continuidad de la agricultura, y provocando así disminución en la calidad de vida.
Una reducción del problema del calentamiento global depende de la concientización de las sociedades para un uso racional de los recursos, así como de la facilitación de alternativas viables. Es recomendable acudir a la utilización de fuentes de energía renovable, sustitución de los productos que contienen o producen gases con efecto invernadero, establecer programas regionales de reforestación, promover los cultivos bajo sistemas integrados y ecológicos y reducir el consumo de energía.
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Literatura citada:
Almerares, D.; Danti, R.; Frangolini, M.; Lorenzino, M. Vitti, D. 2006. Causas y efectos de los cambios climáticos (en línea). Disponible en http://www.monografias.com/trabajos14/cambiosclimat/cambiosclimat.shtml Consultada el 24 de enero del 2007.
Bird, L.; Molinelli, J. El calentamiento global y sus consecuencias (en línea). Alianza Geográfica de Puerto Rico. Disponible en http://www.alianzageografica.org/leccioncalentglobal.pdf Consultada el 24 de enero del 2007.
CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza). 2007. CATIE y cambio global (en línea). Disponible en http://www.catie.ac.cr/BancoConocimiento/C/cambio_global_informacion_general_/cambio_global_informacion_general_.asp Consultada el 24 de enero del 2007.
Gallardo, MA. 2006. Cambios climáticos predichos para el siglo XXI (en línea). Disponible en: http://www.cambioclimaticoglobal.com/predic1.html Consultada el 24 de enero del 2007.
Gore, A. 2006. Una Verdad Inconveniente. Videoconferencia sobre el calentamiento global. Material audiovisual.
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