Vete conmigo, muchacha.
Ya preparé la parcela.
Tengo comprada la vaca;
hoy sembraré la habichuela.
Vete conmigo esta noche.
Tengo la casa pintada,
un aparato que cose
y una novilla preñada.
Cuando se duerman los viejos
tírate por la ventana.
No te preocupen los flecos;
yo volveré en la mañana.
Te esperaré en la cañada
desde que salga la luna.
Tú llegarás tan callada
como la brisa nocturna.
Cristino Alberto Gómez
3 de junio del 2008
Carajo! Qué poema! Dios te bendiga!
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