Déjame agarrarme de ti,
oh señor, Dios de vida
dame de tu agua viva
para ser feliz.
Cuando me sienta feliz
deja que tu gloria sienta,
y en el día de la tormenta
también déjame agarrarme de ti.
Porque sólo tú, señor,
puedes darme lo que anhelo,
lo que necesito y quiero,
ven, regálame tu amor.
Déjame agarrarme de ti.
Tocar tu manto quiero…
aunque sea sólo el ruedo
pero déjame agarrarme de ti.
Línea Noroeste, 7 de enero del 2006
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