Al pan casabe,
cerveza al vino.
No quiero que la vida se me acabe
sin descubrir la miel hecha de pino,
imaginar las horas que volaron,
rememorar el tiempo que no vino.
Rebuscaré los líquenes que ha tiempo
colmaron la corteza de los robles
de plácidas caricias y los versos
que alegre transportaba el aire noble.
He descubierto el fondo del destino.
He colocado piedras en la cima,
que pronto abandonaron la colina
y dibujaron al siguiente un trillo.
Miré de lo complejo lo sencillo.
Hallé en la clara tarde amaneceres
y, ah destino, he visto que no eres
más que bifurcaciones del camino.
Cristino Alberto Gómez
14 de febrero de 2011
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