Del fondo del alma
se percibe una voz que reclama
como el agua la hoy seca cañada,
de la vida su miel, la mirada
que del cielo promete un mañana.
Del fondo del alma
se desprende también una lágrima.
Se adelgaza el cristal de la sábila
y persiste la cáscara amarga
arropando un reducto que sana.
Del fondo del alma
es oriundo el temblor que sus placas
fortalece, y allí la zapata
donde vuelve a fundarse la Patria.
No es de miedo que vibra. Es la marcha
de quien busca el camino y avanza.
Del fondo del alma
tuya y mía a partir de la Patria
ha nacido y al fin se levanta,
más allá de las manos alzadas,
el trabajo continuo que afianza
la visión de una próspera Alianza.
Cristino Alberto Gómez
8 de abril de 2011