Cómo olvidaré, princesa,
la hora, el día
aquel en que te encontraran
unos ojos, que brillaban
del que en su mayor promesa
intentaba tu belleza
abarcar en unas líneas.
Hace tiempo, aún no termina.
Ilusiones le persiguen
cuando letras mil escribe.
Hace falta compañía
a su alma, porque es dura
la tarea de abreviar
en diez versos tu hermosura.
Cristino
Alberto Gómez
13 de octubre del 2006@CristinoAlberto
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