Para olvidar escribo
como aquel que cuando el agua busca el nido
ignorando que más tarde los torrentes
interceptarán las copas de los pinos.
Para olvidar escribo.
Ya se alejan de mi mente los sonidos,
las estrofas, los modales y estribillos.
No recuerdo si recuerdo algunos signos.
Para olvidar escribo
y se acaba mi tintero con el vino,
derramado bajo piel por los rincones,
procurando sus miradas y latidos.
Para olvidar escribo.
Se revisten de esperanza los inicios.
Se descubren los colores del destino,
que descansa nueva vez: nació el olvido.
Cristino Alberto Gómez
4 de febrero de 2015
@CristinoAlberto
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